Entrevista con Viju Pullan (DFS): "Las estaciones actuales tienen ventaja en un futuro multienergético"
Última actualización Dec 2, 2024
Viju Pullan, Director de Alianzas Globales de Dover Fueling Solutions (DFS), analiza cómo se están adaptando las estaciones de servicio a un futuro multienergético, las complejidades de la implantación de combustibles alternativos y las tecnologías que marcarán el futuro de la movilidad.
Pregunta. Nos dirigimos hacia un futuro multienergético para el transporte por carretera. ¿Cuál es el papel de las estaciones de servicio en este escenario?
Respuesta. El futuro multienergético es algo indiscutible. Estamos recorriendo rápidamente un complejo viaje tecno-comercial de transición energética para alcanzar ese futuro más brillante y limpio.
Los dos raíles que guían este viaje son la tecnología y la viabilidad empresarial, que deben ir de la mano. La tecnología ya está disponible y seguirá evolucionando, pero el crecimiento de nuevos tipos de energía tendrá que seguir la demanda y la viabilidad de las empresas. Por viabilidad no me refiero sólo al rendimiento de la inversión, sino también a factores como la normativa, los procesos de autorización, la disponibilidad de suelo y la interconectividad.
En esencia, el negocio minorista de la energía consiste en rentabilizar los puntos de contacto con el cliente y el tiempo que éste pasa en una estación. Un cliente es un cliente, tanto si reposta con combustibles tradicionales como con alternativas más limpias, sigue necesitando un café. Por lo tanto, lo mejor es alinear la estrategia multienergía con la columna vertebral existente de las partes tradicionales de combustible y no combustible del negocio de la movilidad.
P. ¿Cómo deben adaptar sus establecimientos a estos cambios?
R. Los propietarios de estaciones de servicio ya tienen una ventaja en este sentido. Pueden maximizar el uso de sus terrenos, infraestructuras, personal, sistemas de automatización, métodos de pago, herramientas de información y programas de fidelización. Con estas múltiples ventajas, es obvio que los propietarios de estaciones de servicio se conviertan en proveedores multienergía siempre que sea posible. Los que no lo hagan se arriesgan a perder clientes y negocio con el tiempo.
En DFS, ofrecemos una amplia gama de soluciones tecnológicas para el comercio minorista de movilidad y nos centramos específicamente en la interoperabilidad. Por ejemplo, las soluciones de pago y automatización de emplazamientos que ofrece DFS tienen en cuenta la estandarización del recorrido del cliente en torno a los combustibles líquidos, el GNL, el H2 y la carga de vehículos eléctricos. Los surtidores de combustible y los ATG están diseñados para manejar porcentajes más elevados de etanol y biocombustibles, lo que garantiza el futuro de las inversiones. Los surtidores de aditivos DFS permiten a los clientes liberar espacio en los depósitos subterráneos para combustibles líquidos más ecológicos. Estos son sólo algunos ejemplos de cómo DFS utiliza la innovación para simplificar las complejidades de la transición energética.

P. ¿Es difícil gestionar los cambios normativos y la dinámica del mercado a la hora de implantar nuevos tipos de energía?
R. Es un tema muy importante. Aunque los gobiernos están haciendo esfuerzos, hay una necesidad acuciante de acelerar la habilitación normativa. Lo mismo ocurre en Europa, que se considera relativamente avanzada. Por ejemplo, DFS ofrece soluciones de GNL llave en mano y opciones de reconversión para instalaciones de GNL ya existentes. Las reconversiones mejoran la eficiencia y reducen los gastos de explotación.
Sin embargo, el calendario completo de estos proyectos suele abarcar años. Gran parte de ese tiempo se consume en obtener o modificar los permisos, lo que aumenta los costes y retrasa la entrega del proyecto. Estos retrasos también exponen los proyectos a la dinámica del mercado. Por ejemplo, hay grandes reservas de cargadores de VE en los almacenes de Estados Unidos a la espera de que la infraestructura esté lista, pero para cuando se desplieguen, la tecnología puede estar ya obsoleta.
Nos movemos en un mundo que acaba de salir de la hiperinflación posterior al COVID, se enfrenta a tensiones geopolíticas e interrupciones del suministro y sigue experimentando políticas gubernamentales fluctuantes. Estos factores afectan naturalmente a los sentimientos y compromisos de las partes interesadas en la transición energética. Hay mucha presión para actuar en torno al cambio climático.
P. ¿Cuáles son los retos técnicos de una central multienergética?
R. Antes de entrar en aspectos concretos, veámoslos desde una perspectiva más amplia. La economía mundial del combustible ha dependido del petróleo durante siglos, y el petróleo ha definido umbrales aceptables de seguridad, coste y comodidad. Cualquier energía alternativa debe cumplir o superar estos parámetros, tanto para los clientes como para los operadores.
Los emplazamientos multienergéticos conllevan naturalmente una mayor complejidad técnica, y los conocimientos necesarios para explotar y mantener eficientemente estas redes crecen en consecuencia. Aquí es donde tecnologías como la gestión remota de estaciones desempeñan un papel crucial. Garantiza un elevado tiempo de actividad, reduce los costes de explotación y minimiza la exposición a riesgos para la salud y la seguridad.
Para gestionar la transición energética manteniendo los costes de explotación bajo control, vemos que los minoristas destinan menos recursos a este fin. Pero los combustibles tradicionales siguen siendo cruciales. Se espera que este paradójico reto dé lugar a problemas en torno a la HSSE y a las interrupciones sin contador. Entre otras cosas, DFS trata de resolver este problema introduciendo soluciones de diagnóstico y gestión a distancia.
P. ¿Qué ha aprendido de la introducción de combustibles como el GNL y el GNC?
R. Podemos extraer lecciones de las experiencias recientes del sector. La introducción del GNC y el AdBlue comenzó con proveedores de soluciones especializadas y elevados costes de instalación. Con el tiempo, a medida que evolucionaba la normativa, se segmentaba la experiencia de los proveedores y crecían los volúmenes, estos ecosistemas se hicieron más prácticos y viables.
Lo mismo ocurrirá con las nuevas energías. En las primeras fases, los índices de adopción y los volúmenes de las nuevas energías serán bajos. La colaboración y la sinergia entre los expertos del sector en áreas como la regulación, la seguridad, la tecnología y el compromiso con el cliente serán esenciales. Una vez establecido el marco, las fuerzas del mercado y la competencia impulsarán la eficiencia y la estabilización del sistema.
P. El hidrógeno es un combustible que plantea retos muy específicos. ¿Cómo ve el crecimiento del H2 en el segmento minorista?
R. Gracias a su portabilidad, bajo nivel de ruido y reducido tamaño, las estaciones de H2 pueden integrarse fácilmente en emplazamientos multicombustible. Sin embargo, los procesos de producción y almacenamiento de hidrógeno, que consumen mucha energía y son muy costosos, siguen siendo sus principales desventajas. Sólo podrá tener la etiqueta de combustible sostenible cuando la producción de H2 sea ecológica.
Como combustible a la venta, es crucial desarrollar un caso de negocio viable, que depende del CAPEX inicial y de los niveles de uso. Hoy en día, eso es un problema con el H2. Además, la tecnología para el uso del hidrógeno en vehículos, como las pilas de combustible o el hidrógeno líquido, aún está evolucionando. Dicho esto, el hidrógeno verde ha demostrado ser prometedor en aplicaciones específicas, como los depósitos de combustible para autobuses y camiones de hidrógeno.
P. Desde un punto de vista geográfico, ¿qué mercados están dando un gran impulso a determinados tipos de energía?
R. A escala mundial, China y la UE están a la cabeza, con un impulso significativo de los vehículos eléctricos y el GNL. India también está desarrollando estrategias de diversificación hacia el GNL. El hidrógeno tuvo un comienzo prometedor en regiones como Alemania, California, Japón y Corea, pero aún necesita más tiempo para establecer un ecosistema económicamente viable. Estados Unidos, la mayor economía, tendrá su propia trayectoria con el nuevo gobierno, por lo que habrá que esperar y ver. En el resto del mundo, muchas economías dependientes del petróleo se centran en ganancias rápidas con etanol, biocombustibles, combustibles sintéticos y e-fuels.
P. ¿En qué medida supone un reto para un proveedor como DFS mantenerse a la cabeza del mercado con tantos cambios que se producen en todo el mundo a diferentes velocidades?
R. La transición energética es un reto, pero también una gran oportunidad para las empresas que sepan sortear sus complejidades. DFS, a través de sus marcas globales como OPW, Wayne y Tokheim, ha sido líder del mercado durante más de 130 años.
DFS destaca en soluciones de dispensación, automatización y pago para combustibles líquidos, vehículos eléctricos, GNC, hidrógeno y GNL. Con nuestra experiencia, nos hemos convertido en una autoridad en puntos de contacto con el cliente.
Dada la naturaleza fragmentada y de bajo volumen de los nuevos mercados energéticos, sigue siendo un reto mantenerse a la vanguardia y dedicar recursos de forma eficaz. Por eso hacemos hincapié en la colaboración. Las partes interesadas deben consolidar esfuerzos y comprometerse en áreas especializadas para acelerar la adopción del mercado. A medida que crezcan los volúmenes de negocio, bajarán los costes, lo que hará que la transición sea más sostenible desde el punto de vista económico.
Permítanme concluir diciendo que la transición a un ecosistema multienergético no es sólo un imperativo empresarial: es un paso vital para desarrollar un medio ambiente más limpio, para la supervivencia de nuestra especie en este planeta, y nosotros somos la generación afortunada elegida para desempeñar un papel fundamental en esta misión.










