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¿Puede funcionar el hidrógeno? Líderes del sector opinan sobre costes, política y progreso

Última actualización Mar 17, 2025

Autor: StocExpo

En su intervención en StocExpo 2025, líderes del sector y expertos en transición energética examinaron el futuro del hidrógeno, abordando tanto sus promesas como los obstáculos que dificultan su adopción generalizada.

© AA+W - Adobe Stock

El hidrógeno es desde hace tiempo un elemento básico de los procesos industriales, pero su potencial como herramienta de descarbonización sigue siendo objeto de intenso debate. Aunque cada vez se reconoce más su papel en el refinado, la producción de acero y el transporte pesado, persisten retos fundamentales, entre los que destacan el coste, la infraestructura y la incertidumbre de la inversión.

El papel del hidrógeno en la descarbonización

En general, se considera que el hidrógeno bajo en carbono es un factor fundamental para alcanzar los objetivos de emisiones netas cero, sobre todo en los sectores en los que la electrificación directa no resulta práctica. Eugenia Belloni Pocorob, responsable de H2 y CC(U)S para los Países Bajos en BP, destacó su importancia para reducir las emisiones de las refinerías. "Es esencial descarbonizar el combustible de las refinerías, y el hidrógeno bajo en carbono ofrece una vía clara", afirmó. Sin embargo, reconoció la existencia de obstáculos formidables. "Los retos técnicos y financieros siguen siendo considerables, pero la oportunidad de reducir las emisiones es innegable".

El sector del transporte también está explorando el potencial del hidrógeno. Amit Rao, consultor principal de S&P Global, señaló que se utiliza desde hace tiempo en aplicaciones industriales, pero apuntó a nuevas áreas de demanda. "Estamos viendo cómo los fabricantes de aviones investigan soluciones de hidrógeno puro más allá del combustible de aviación sostenible (SAF por sus siglas en inglés). Ahora puede parecer descabellado, pero los avances tecnológicos se producen con rapidez", observó.

Inversión e incertidumbre política

A pesar de sus promesas, el elevado coste de los proyectos de captura y almacenamiento de carbono (CAC) e hidrógeno sigue siendo un obstáculo importante. "La magnitud del capital necesario para los proyectos de CAC es enorme", afirma Rao. "Ya hemos visto a los principales agentes de la industria reconsiderar sus compromisos ecológicos. La pregunta es: ¿de dónde saldrá la financiación y quién impulsará la transición?".

Las dudas de los inversores son otro factor que frena el progreso. Belloni Pocorob señaló que los inversores tradicionales son reacios a participar en proyectos con largos periodos de amortización. "El apetito por rendimientos rápidos no se ajusta a las realidades de la inversión en hidrógeno. Necesitamos otro tipo de inversores, dispuestos a adoptar una visión a largo plazo".

La intervención gubernamental ha desempeñado un papel decisivo en el avance de los proyectos en fase inicial. Matt Wilson, Director de Mercados de Nuevas Energías de Navigator Terminals, citó el enfoque del Reino Unido, donde los marcos de competencia respaldados por el gobierno han ayudado a reducir el riesgo de las inversiones. "Al alinear toda la cadena de valor, estas iniciativas han hecho más viables los proyectos", explicó. "La evolución futura se basará en estos cimientos".

Vientos en contra geopolíticos y el factor estadounidense

La trayectoria de las inversiones en hidrógeno depende cada vez más de la dinámica política mundial. Rao advirtió que los cambios en la política estadounidense podrían tener consecuencias de gran alcance. "Tenemos que esperar a que termine la presidencia de Trump para aclarar las perspectivas a largo plazo. En los próximos cuatro años, es probable que veamos renovados conflictos comerciales, no solo con China, sino en todos los ámbitos. Estados Unidos avanza hacia la desvinculación de los mercados mundiales, lo que tendrá profundas implicaciones para la industria europea", afirmó.

El aumento del gasto en defensa en Europa también podría modificar las prioridades de la transición energética. "Si los gobiernos destinan el 3% o más del PIB a defensa, otros sectores se enfrentarán inevitablemente a restricciones presupuestarias", advirtió Rao.

Cauteloso optimismo en medio de los ajustes del mercado

A pesar de estos retos, los participantes se mostraron prudentemente optimistas. Belloni Pocorob señaló que, aunque el número de proyectos de hidrógeno ha disminuido, la concienciación y el impulso han aumentado. "Puede que hayamos pasado de 30 proyectos a menos de cinco, pero el hecho de que algunos empiecen a construirse es significativo. La transición energética no es sólo teórica: estamos empezando a ver una aplicación real", afirmó.

Wilson se hizo eco de esta opinión y destacó los progresos realizados en el Reino Unido. "Los proyectos que tenemos en marcha están ganando terreno. El marco político está establecido y el perfil de riesgo ha mejorado. Este impulso se trasladará al SAE y a otros sectores relacionados con el hidrógeno", concluyó.

Puede que el hidrógeno aún no sea la bala de plata para la descarbonización industrial, pero su papel en la transición energética está cada vez más claro. Que pueda cumplir plenamente su promesa dependerá de la inversión sostenida, el apoyo político y la resolución de las incertidumbres geopolíticas.

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